La Reina Del Canal De La Mancha

La nadadora de resistencia Sarah Thomas se ha convertido en la primera persona en atravesar el Canal de la Mancha 4 veces sin reposo, alimentándose a partir de una suplemento líqudo durante 54 horas. El 6 de agosto de 1926 Gertrude Ederle se convirtió en la primera mujer en atravesar el Canal de la Mancha, dejando la duda de si la bañista era una mujer neoyorquina o de todos modos era una criatura mítica que aparece de las barbas salobres de Poseidón. Ederle tuvo como mentor al visionario entrenador Louis deBreda Handley, quien revolucionó la natación femenina al proteger el estilo australiano y aumentar la acción de la pierna que implicaba una mayor capacidad en todos y cada movimiento. Nacida en Novedosa York, su certificado de nacimiento asegura 1905 como su año de nacimiento, en lugar de 1906, que con frecuencia hace aparición en algunas fuentes. Hija de inmigrantes que habían llegado últimamente de Alemania, su padre, Henry Ederle, dirigió una triunfadora carnicería y delicatessen en Amsterdam Avenue, en el West Side de Manhattan.

Lo hubiese hecho en otras condiciones por el hecho de que debido al mal tiempo las 21 millas que separan las dos costas se transformaron para ella en 35 millas. Debió aguardar prácticamente veintinco años a fin de que otra mujer fuera con la capacidad de mejorar su marca. Ederle empezó a sobresalir en la natación justo cuando se estaba transformando en un deporte competitivo serio para las mujeres en la década de 1920. Llegó a los titulares de los jornales a la edad de dieciséis años en el momento en que el 1 de agosto de 1922 ganó la prestigiosa carrera de tres millas y media de la Copa Joseph P. Day Cup en la bahía de Novedosa York. En la carrera, Ederle derrotó a las mejores bañistas de todo el mundo, incluidas la habitante de Estados Unidos Helen Wainwright y la campeona británica Hilda James. Ederle también nadó distancias mucho más cortas, logrando dieciocho récords mundiales.

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Pocos días después, otra mujer aseveró haber nadado mucho más rápido, este suceso arrojo dudas sobre el récord conseguido por Gleitze. Bajo la presión de los medios, accedió a arrancar un “nado de reivindicación”. Estas noticias despertaron el interés de un empresario Londinense fundador de una muchacha marca de relojería llamada “Rolex”. Equipando a Mercedes Gleitze con uno de sus primeros relojes herméticos llamados “Oyster”.

Gertrude Ederle, que murió el 30 de Noviembre del 2003 a los 98 años, fue la primera mujer en cruzar a nado el Canal de la Mancha. Nadando al estilo crawl, recorrió el 6 de agosto de 1926 la distancia que divide Francia de Inglaterra en 14 horas y 31 minutos. A sus 19 años, Ederle batía esa jornada la marca de los cinco hombres que habían emprendido similar aventura antes que ella. Habrían de pasar otros 35 años antes de que otra mujer le arrebatara el récord femenino. Por ello a la edad de 18 años se planteó el gran desafío de cruzar el Canal de la Mancha, hasta el momento en que Miss Ederle consiguió la hazaña fueron muchas las ondinas que se confrontaron al enorme desafío. La primera en procurarlo fue madame Jsacescue, empleada de correo en Viena que nadó catorce leguas en nueve horas.

Gertrude Ederle Y La ‘reina De Las Olas’ Se Quedó Sorda

En el último “Muy Inoxidable” del año, les aproximamos la narración de una mujer valeroso, firme en su vocación y amante de los retos. Les traemos la historia de Mercedes Gletize, bañista nacida en Brighton en 1900. En una entrevista concedida en la década de los cincuenta declaró que más allá de lograr terribles cotas de popularidad, nunca se dejó apresar por la fama.

Miss Harrison y Miss Gletzer fueron las últimas bañistas en intentarlo, pero las dos debieron dejar a raíz del frío. Gertrude cubrió la distancia en 14 horas y 39 minutos, estableciendo un nuevo récord al reducir el tiempo del argentino Enrique Tirabocchi (16 h. 33 min.), que fue el primero en realizar el paseo desde Francia a Inglaterra. Debido al fuerte oleaje, nadó 56 kilómetros cuando la distancia en línea recta es de 33 kilómetros. Ederle no solo se había convertido en la primera mujer en atravesar el Canal de la Mácula, sino asimismo había superado el récord de los hombres en prácticamente dos horas. El nadador alemán de larga distancia Ernst Vierkötter mejoró el registro del canal tres semanas después con un nuevo tiempo récord mundial de 12 horas y 42 minutos.

Con su combinación de fuerza, velocidad y resistencia, Ederle estaba a gusto en la natación de resistencia en aguas abiertas. En ese deporte, el centro de gravedad más bajo de las mujeres y el mayor porcentaje de grasa corporal les dieron una ventaja competitiva sobre los hombres. En 1925, Gertrude estableció un nuevo récord para el nado de 33 kilómetros desde Batery, en el radical inferior de Manhattan, hasta Sandy Hook, en Novedosa Jersey, mejorando los tiempos de hombres y mujeres anteriores. La natación de resistencia exigía cuerpos fuertes, y Ederle pesaba cerca de 68 kilogramos con una altura de 1 metro y 62 cm.

En este punto comenzó la controversia, pues en declaraciones siguientes Ederle declaró que podría haber seguido, pero lo cierto es que su entrenador Jabez Wolfe se lanzó al agua para auxiliar a la extenuada sirena, a la que en el momento que tocó quedó de manera automática descalificada. La propia Trudy, que se encontraba considerada como la mejor bañista del mundo de su temporada procuró ineficazmente la travesía del Canal de la Mancha, en 1925. Seguida por el remolcador de vapor La Morine, la joven nadadora efectuó distintas travesías de prueba antes de acometer el desafío, tanto con mar bueno como picado. Precisamente, días antes nadó nueve yardas sin apenas enseñar síntomas de agotamiento, con lo que el nivel de optimismo se disparó ambiente a las posibilidades de éxito; sus entrenadores albergaban escasas dudas en relación a ella. El 18 de agosto de 1925, a las siete de la mañana, embarrada de grasa para preservarse del frío y tras comer un bistec dos huevos duros y un plato de porridge, se lanzó al mar desde el Cabo de Gris Nez. En el mar reinaba la calma, la niebla escondía la costa inglesa.

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14 horas y 34 minutos después, Gertrude Ederle llegaba a Kingsdown, en Kent, convirtiéndose de esta forma en la primera mujer que cruzó a nado el Canal de la Mancha. Como curiosidad, Ederle nadó con unas lentes de motorista selladas con parafina para resguardar sus ojos de la sal. A inicios de los años veinte su compilación de récords ya impresionaba. Había empezado a entrenar en la Asociación de Mujeres Bañistas de Manhattan (a la que asimismo pertenecía la actriz Esther Williams) y los resultados llegaron de inmediato. Ederle rompió una sucesión de récords en estilo libre en distancias que iban de los 100 a las 800 yardas. La acompañaron dos remolcadores, uno lleno de parientes y amigos, y el otro con los noteros y fotógrafos, muchos de ellos mareados.

La Consumación De La Hazaña

Pese al abandono la prensa en todo el mundo destacó muy singularmente la fortaleza y el talento de Miss Ederle, que no tardó en acometer de nuevo el que se había convertido en su mayor desafío. De esta forma solo un año más tarde, el seis de agosto de 1926 acometió de manera exitosa una hazaña por la que se transformó en entre los individuos mucho más célebres del deporte norteamericano de su temporada. Habían sido muchos los intentos errados, que por entonces ya se decía que las mujeres nunca podrían atravesar a nado el Canal, pero la obstinada Gertrude se encargó de demostrar que no hay nada irrealizable. En la natación de resistencia, el Canal de la Mácula ocupaba el lugar que el Cervino o el Monte Everest ocupaban para los alpinistas. El Canal de la Mancha fue cruzado por el inglés Matthew Webb en 1875 y únicamente había sido superado por 4 hombres y ninguna mujer cuando Ederle asumió el desafío. Apoyada por la WSA, el primer intento de la americana en 1925 terminó en un fracaso cuando fue sacada del agua después de prácticamente nueve horas de esfuerzo por un entrenador asustadizo, el egipcio Ishak Helmy, que pensó que estaba a puntito de ahogarse en el momento en que tosió.

Ederle nadó las 21 millas de la punta de Manhattan a Sandy Hook, Novedosa Jersey, en siete horas, 11 minutos media, pulverizando los registros masculinos fijados hasta esa fecha. Atravesó como una lancha a motor el Hudson de Manhattan a Novedosa Jersey, y los retos se le han comenzado a quedar pequeños. El 6 de agosto del año siguiente Gertrude regresó al mismo escenario. Cubierta de grasa de oveja advirtió a su equipo que absolutamente nadie la tocase.